Siza en El Revellín
Gonzalo Barrena. El Faro de Ceuta, 2 de enero, 2024.
La manzana de El Revellín tiene una historia intrincada, compleja incluso para ser de Ceuta, donde nada de lo que ocurre se caracteriza por su sencillez.
Las raíces urbanas del solar dan para un culebrón, como la propia odisea que ha cursado la edificabilidad de la parcela, que desde 2011 acoge el zoco cultural de Álvaro Siza. De nuevo, la arquitectura en la cirugía de la ciudad.
Álvaro Joaquim de Melo Siza Vieira ha cumplido 90 años en junio, y hace trece por tanto que completó la urbanización de la ínclita manzana, con esa petite orchestre de volúmenes blancos contra cielo azul. Es un arquitecto prolífico y humano, con acusada sensibilidad a la hora de incidir en el paisaje, al que aplica sus líneas inconfundibles con mesura y arte. No obstante, “Quandoque bonus dormitat Homerus”, De vez en cuando, el bueno de Homero se despista (Horacio: Ad Pisones, v. 359)
La sentencia poética reconoce que incluso un genio de la métrica es susceptible de padecer un descuido. En el caso de la manzana de El Revellín, la decisión de espaldar el auditorio contra todo y contra todos convierte la plaza en patio y vuelve taciturno al peatón, que se pregunta mientras transita ¿qué podrá estar ocurriendo en el vientre de la ballena?.
Los caprichos de Siza Vieira no son tan narcisistas como los de Gaudí, y dese luego están a años luz, nunca mejor dicho, de los despropósitos asturianos de Calatrava y Niemeyer, arquitectos estrella que perpetran sus ocurrencias en suelo común, bajo el cielo de corporaciones romas. Y no, este no es el caso: que el Auditorio le de nalgas al pueblo es tan sólo una elección discutible.