Turismo justo
Ahora que se despereza del invierno el turismo de la región, quiero dedicarte, Pepín, una reflexión que sabrás entender debidamente, tú que fuiste camarero antes que alcalde en Cangas de Onís.
Los derechos laborales conseguidos disminuyen al mismo ritmo que el honor de tus siglas, que a ti personalmente, como a tantos otros amigos del PP no te discuto. Y aquellos derechos, como este honor, se alejan a gran velocidad porque nadie acierta a defenderlos bien. Vamos a repasar en el Oriente la situación de un camarero.
En este pedazo del paraíso, reserva de la biosfera y capital de espacios protegidos, no se protegen en cambio los derechos del trabajador. En muchas cocinas, comedores u hoteles, triunfan a espaldas del público los contratos de media jornada, que en realidad lo son de jornada y mitad. Un fraude que se vuelve mayor si atendemos a las cotizaciones, que bajo la coartada de las cuatro horas, hipotecan los derechos futuros y vacían la caja de las pensiones.
Pero vecinos, cuando a alguien le escayolan un brazo, le sirven un menú o le enseñan a leer, no se hace a medias. Y cuando te computan los años trabajados, se hace sobre periodos de doce meses, porque los años, como las tareas bien hechas, siempre se han de completar.
Por eso, Pepín, los regidores, que sois también alcaldes de los camareros y camareras de la comarca, y que estáis obligados a velar por la calidad del turismo, tenéis que ayudar a combatir la corrupción que crece a costa del contribuyente y del trabajador, para recuperar así, entre todos y a la vez, el honor de la política y los derechos perdidos.
Dicen que está en marcha una iniciativa que lleva el nombre de Turismo Justo, con una etiqueta bien visible que lucirán orgullosas, en la puerta de sus locales, las personas que contraten y paguen con arreglo a la verdad.