Estraperlo.

Fueron a París de estraperlo.

La frase resonó en el oído como uno de esos mecanismos viejos que se despereza para volver a funcionar. Porque hoy, cuando la aceleración de la historia es indiscutible y las cosas se vuelven antiguallas de repente, como las cartas en papel o el teléfono fijo, sorprende aún más la resurrección de un término.

Y porque a quien tiene la sensación de ir sentado en el pescante de un tranvía, mirando hacia atrás, y comprobando cómo se vuelve pasado lo reciente, resulta chocante descubrir la modernidad de un término insospechado, que alcanza el vagón del habla corriendo sobre las vías. Fueron a París de estraperlo.

El estraperlo toma el nombre de una ruleta trucada que se extendió por los casinos españoles en tiempos de la II República. Después, durante la postguerra, nombró la economía emergente que intentaba sortear las tasas estatales, mercadeando con productos intervenidos. El estraperlo es una forma de comercio en “B” cuando el sistema se rezaga o cuando del Estado es aún más negro que el dinero.

Pero si el término triunfó entonces y se sube hoy al tren del lenguaje, es por su mezcla de sonoridad y acierto, al entender el oído y la cartera que se está hablando de ingresos extras y libres, verdaderas “perlas” en una economía de crisis, como la que vivimos, con delincuencia (política) campante y racionamiento brutal para los de abajo, que cada vez son más.

Ahí es donde pude entender, cuando pregunté, qué significaba “irse a París de estraperlo”…pues que viajaron en BBCar  y se alojaron en B & B, lógicamente.