Complot y Consorcio
Con discreción sospechosa y máscara navideña, el Gran Hermano Regional envía su plan de cierre de Los Lagos al Madrid del BOE, mientras la izquierda se pregunta por qué ascienden de ese modo las propuestas de la derecha nacional. Pues bien, el Gran Hermano de la Conservación Regional tiene un plan, cada vez menos oculto, de convertir una costumbre asturiana (subir a Los Lagos en coche cuando no haya gentío) en un pecado que conviene erradicar. Y a ello le han dedicado ya cerca de un millón de euros en señalización de dudosa utilidad y estética lamentable.
Por ejemplo, en las primeras vistas de Los Picos de Europa, cuando te aproximas a Cangas de Onís, ya no sólo hay un talud horrible a la derecha sino que, en mitad del cielo, tapando las cumbres, un monstruo de autopista anuncia que el acceso está regulado, que si P1, P2 o P3, y que casi mejor vas pensando en tirar hacia otro lado. No quiero pensar en cómo va a gestionar Santiago Abascal este nuevo capítulo de la estupidez política, el verdadero yacimiento en el que la derecha radical fabrica su munición.
En Las Asturias de Pepín, mientras tanto, al margen de unas declaraciones en las que el regidor local se sacude su responsabilidad, nadie gorgute. Habrá que esperar a que el pueblo tome las riendas, si sus políticos no le salen al encuentro a tamaño despropósito. En la Francia de la Liberté, un movimiento espontáneo de chalecos amarillos sorprendió a la casta. Enseguida le endosaron desmanes y desperfectos, una verdadera trampa en la que nunca ha de caer el pueblo. Pero la indignación democrática y respetuosa frente a complots y consorcios se está cociendo en el pote preelectoral: partidos del pesebre, desperezaos.