MIL PRIMAVERAS MÁS. Gonzalo Barrena.

Semanario El Fielato, 30 de octubre de 2019.
En el Onís de los Quesos, una buena decisión de los organizadores: invitar al acto y tribuna a una escogida representación del concejo gallego de Moeche, vinculado al queso de calidad y hermano, en el sentir, de los municipios que defienden contra viento y burócratas los productos de la tierra, esa forma de patria tan real como difícil de pasar en los aeropuertos.Los gallegos son generosos y muy arrogantes en el acto de corresponder. Agradecieron la presencia de nuestro queso en su certamen y aprovecharon la ocasión para desenvolver un decir de Álvaro Cunqueiro, que resonó en el pabellón enlatado de Benia de Onís: “mil primaveras máis…” desearon al Camonéu, a sus jacedores y a cuantos vecinos tuvieren la ocasión de fruir en tayaes ese género que dan los puertos, el clima, el ganado y las artes de la localidad. Mil primaveras más desafiando al cambio climático y a la débil protección que la ganadería de montaña tiene en las tierras planas -geográfica y políticamente planas- de Bruselas.Y resultó también que el lema de Cunqueiro, natural de Mondoñedo, fue dedicado por el escritor a la lengua gallega, producto -al igual que todas las lenguas- de las madres y de la tierra. Lo que viene al título y al caso porque, en conversación con los de Moeche, A Coruña, alguien informó de que en el Parlamento de Asturias se impidió a la Consejera de Cultura hablar en asturiano, exigiéndole intérpretes no porque no la entendieran, sino porque no es oficial; lo que equivale a decir “habla en cristiano”, como piensan para sus adentros todos esos visigodos que confunden España y su castellano con una religión.“No, el gallego también necesita protección, pero eso de quitarle de hablar a un consejero en gallego, allí nunca se vio”, terció sorprendida a persoa comunicante.