(Nota: Este primer artículo forma parte de un conjunto de cinco textos publicados a principios de 2015, en vísperas de las elecciones generales y autonómicas)

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LES ASTURIES AUSENTES EN CASA GERVASIO
En el caserón de Gervasio se reunió el sábado 16 de enero de 2015, a escasas semanas del triunfo electoral de nadie, un batallón moderado de viejas glorias y promesas de la izquierda española. La presentadora, con mucho trabajo detrás y una humildad retórica digna, arrancó en asturiano con decisión, pero fue languideciendo su llingua hasta casi desaparecer, ausente también en los ponentes sucesivos que, unos por andaluces, otros por castellanos, y otros por mudos en ella y asturianos, que la cacarean en los programas tanto como la ignoran en el discurso. Entre el público, algún líder piquiñín de la izquierda asturiana, que lo sabe hablar, permaneció callado y entre el público, porque los organizadores no dieron cancha alguna a la espontaneidad. En los actos negligés donde andan los nuevos agentes del cambio todo está cuidado, como la ceremoniosa entrada de Gerardo Iglesias, escoltado del brazo de Daniel Ripa, un joven político que se desenvolvió con soltura entre la peña, y que sólo estuvo un poco fuera de lugar al final del evento, cuando todo el izquierdismo asturiano se sindicó para cantar la Internacional, por la que Daniel parece sentir tanta ilusión como por el Asturias Patria Querida, cosa que le honra.